La CGT en Francia
REFORMA Y REVOLUCIÓN: Moderados y Revolucionarios en la CGT francesa
por Larry Gambone
El ANARQUISMO Y El SINDICALISMOSacado de http://dwardmac.pitzer.edu/Anarchist_Archives/worldwidemovements/reform.html
Hasta el arranque de la Primera Guerra Mundial Confederation General du Travail (CGT) fue una federación anarcosindicalista
- revolucionaria. Después, la CGT fue tomada por los reformistas y se convirtió en un sindicato conservador ordinario. Este
es el punto de vista aceptado. Murray Bookchin hace una exposición que es un clásico a este respecto. " Bajo Leon Jouhaux,
la CGT sindicalista se burocratizó, y, con la excepción de la retórica revolucionaria, una trade union convencional.[1]
Para Daniel Guerin, el aspecto anarquista de la CGT acabó en 1914. [2] Sima Lieberman dijo que "El programa mínimo de diciembre
de 1918 fue reformista en naturaleza" .[3] Para Nicholas Papayanis, la CGT " se volvió democrática e integró en el sistema
capitalista “ y solo el bolchevismo ruso instó al sindicalismo francés para que se volviera auténticamente revolucionario"
[4] Val Lorwin dice que la defunción del sindicalismo revolucionario comenzó aun más temprano, pues "la corriente revolucionaria
retrocedía en 1910"[5]
Casi setenta y cinco años han pasado desde la supuesta "vuelta a la derecha" de la CGT y por consiguiente estamos lo suficientemente
lejos para examinar los hechos con una mayor objetividad. Un primer paso en este examen requiere una revisión breve de la
historia del anarcosindicalismo antes de la ruptura entre "revolucionarios" y "moderados".
El anarquismo había alcanzado un impass por los 1890's. La "Propaganda de los Hechos" era un probado desastre, pues los
attentats sólo habían creado más opresión estatal y el mito imperecedero del anarquista como terrorista que tira bombas.
Algunos militantes sugirieron que los libertarios deberían volverse a integrar en el movimiento laboral. No era nuevo este
acercamiento, que fue más un regreso a las raíces Proudhonistas del anarquismo, pero la idea ayudó a dar a luz a la CGT en
1895.[6]
El primer teorizante del anarcosindicalismo fue un periodista joven, Fernand Pelloutier, quien desarrolló la ideología
básica del movimiento. Pelloutier hizo una ruptura clara con la glorificación de la violencia que infectaba al anarquismo
y desaprobó revolución al estilo de barricadas en la creencia de que la tecnología militar la había hecho obsoleta.[7] La
huelga general era la forma moderna para hacer una revolución, un método pacífico y legal. - Legal en un sentido en el que
la habilidad laboral de los trabajadores era su propiedad y que tenían el derecho a hacer con ella lo que quisieran, incluyendo
el derecho a retirarse.[8] Pelloutier rompió con el anarquismo ingenuo que veía a todos los estados exactamente iguales, y
mientras manifestando que "ninguna diferencia esencial" existia entre los estados, creía que una república daba mayores oportunidades
para los trabajadores que las que otro tipo de regimenes.[9] Él también inspiró el desarrollo de la Bourse de Travail,
un tipo de central que animaba a los trabajadores a la auto-enseñanza y al mutualismo. La autogestión del lugar de trabajo
era el objetivo deseado. Todo esto eran sentimientos típicamente Proudhonistas. Pero el "Padre de Anarquismo" no fue la única
influencia. Estaba de acuerdo con concepciones Blanquistas y Bakuninistas, las cuáles fueron también parte del movimiento
obrero, la revolución sindicalista debía ser un acto de voluntad por parte del proletariado. No se hizo ningún intento para
comprender teóricamente la economía y aplicar estos conocimiento movimiento unionista.[10] Esta falta de teoría causó problemas
y dio origen a demandas para un cambio.
El SINDICALISMO EN CRISIS
CGT tuvo una primera década edificante según el movimiento se extendía por toda Francia. Sus ideas y sus métodos influyeron
completamente el mundo de la industria dándonos la palabra "sabotaje" y "sindicalismo" como un sinónimo de unionismo revolucionario
o anarquista. Los IWW, los movimientos españoles, argentinos y sindicalistas italianos todos adeudan algo a la CGT. Pero después
de este principio entusiasta, la federación comenzó a entrar en profunda crisis.
Un problema importante fue que los trabajadores no fueron en tropel a la alianza. En 1909 había 8 millones de trabajadores
en Francia de los que sólo 300.000 estaban en CGT. Sólo el 11% estaba sindicado y ni la mitad de estos estaban en uniones
anarcosindicalistas.[11] En vez de mejorar, esta situación empeoró, para 1914 la CGT pudo haber tenido unos 6000 miembros.[12]
Los miembros de CGT no eran particularmente militantes - las huelgas más violentas ocurrian en uniones social-demócratas.[13]
La debilidad de la unión puede ser debida a que en Francia no había un proletariado industrial. El 72 % de los trabajadores
franceses estaban empleados en empresas de menos de 20 personas en 1906 y 20 % de la población trabajaba en casa.
Otros factores desalentaron la fogosidad revolucionaria. El conflicto que existia entre los trabajadores extranjeros y
nativos franceses que estaban muy lejos de tener los sentimientos internacionalistas de sus líderes. Estos prejuicios y estas
disputas fueron un factor limitante en el desarrollo de las actitudes sindicalistas revolucionarios.[15] También se engañaban
a ellos mismos en lo que se refiere a la debilidad de capital, el estado y los sentimientos nacionalistas.[16] "Los deseos
de los trabajadores eran moderados y pocos miembros de las organizaciones sindicalistas quisieron lo que sus líderes y las
organizaciones sindicalistas revolucionarias no contactaron de forma significante con las demás organizaciones de trabajadores
franceses"[17]
La debilidad de la CGT estaba al descubierto por el fracaso de sus acciones. La federación hizo huelga el 1 de mayo de
1906 por la jornada de ocho horas. La huelga falló y de los 202.000 huelguistas sólo 10.000 lograron una reducción de horas.[18]
Después del estallido de la huelga de trabajadores de la construccion de Draveil en 1908, "la CGT estaba descompuesta"[19]
" La noción y la inmanencia de huelga general no podrían ser mantenidas para siempre "[20] Esta debilidad quedó aun más al
descubierto cuando el servicio militar se extendió de dos a tres años. Debido a la falta de apoyo, la unión fue incapaz de
lanzar una huelga general.[21] Pierre Monatte, más tarde líder de la oposición revolucionaria contra la CGT "reformista",
escribió en 1913 que la " ... había que aceptar de que la revolución involucraría más que la toma por parte de las uniones
de les Champs Elysees y por eso necesitabamos un esfuerzo serio en el reclutamiento y la organización ... los sindicatos estaban
cansados y débiles"[22]
El sindicalista revolucionario, Hubert Lagardelle en 1912 declaró que el estado y los patrones habían probado ser mucho
más fuertes que los sindicatos y esta debilidad provocó disputas dentro de la union.[23] Al principio, estas disputas involucraron
a los social-demócratas que querían convertir la federación en una unión normal reformista. Trataron de tomar la CGT en 1909
pero los revolucionarios pudieron "elegir a uno de los suyos, Leon Jouhaux", como la cabeza de la federación.[24] Jouhaux
todavía no había desarrollado del todo su forma de pensar, pero sus ideas se vieron impedidas por la investigación hecha por
el líder de los trabajadores del metal, Alphonse Merrheim.
Merrheim rompió con el idealismo filosófico de la CGT y comenzó a analizar la industria siderúrgica. Antes de su obra,
no se había intentado estudiar la economía capitalista.[25] Él se dio cuenta de que el futuro del capitalismo estaba en las
fábricas grandes y que para el anarcosindicalismo este significaba unionismo industrial. (La mayoría de uniones sindicalistas
eran sindicatos de artesanos en este momento) Merrheim y los otros “unionistas industriales” fueron atacados como
“centralizadores" por algunos de los anarquistas de la línea dura de los sindicatos artesanos. No importaba lo que sus
oponentes reclamaban, él no abandonó el anarcosindicalismo, para argumentar en contra de los social-demócratas en apoyo de
Jouhaux, defendia que los trabajadores, " no querían derechos sustentados en el capitalismo o en el estado, en lugar de eso,
querían nuevos derechos creados por los propios trabajadores ... para la transformación de la sociedad. Ésta fue la actitud
sindicalista revolucionaria clásica, la cuál Merrheim, no importa cual fuera su práctica, nunca abandonó "[26]
El sindicalismo estaba evolucionando ahora y tomando en cuenta las actitudes reales, no las asumidas sobre la clase obrera,
y mientras "el pragmatismo del trabajador no era nuevo, lo que los líderes ahora reconocian claramente era la Gran Oportunidad"
.[27] Así, antes de 1914, la CGT se vio forzada a enfrentarse al hiper-radicalismo y desarrollar un sindicalismo teniendo
en cuenta las condiciones sociales reales, no las imaginadas. Estas actitudes nuevas fueron el trasfondo de la CGT de posguerra.
"La moderación" fue por consiguiente no un acto repentino de "traición" sino el resultado de una evolución dentro del movimiento
- una continuación lógica del proceso que causó el sindicalismo al nacer por el fracaso de la Propaganda de los Hechos del
anarquismo.
Es también debatible qué tan revolucionaria era la CGT durante su existencia como unión. Al menos un historiador laboral
desafía el punto de vista de que los líderes sindicalistas franceses fueron toda la vida revolucionarios no-violentos. Barbara
Mitchell, The Practical Revolutionaries muestra cómo han estado la mayoría de descripciones del anarcosindicalismo
teñidas por un prejuicio marxista hostil y que tanto líderes como afiliados de base fueron generalmente pragmáticos. Los que
querían la "revolución ahora" eran pocos y descartados por la inmensa mayoría como fanáticos, apareciendo como intelectuales
aislados como Georges Sorel. Si esto es el caso, entonces existió más continuidad entre la CGT de preguerra "radical" y de
posguerra "moderada" que la que los historiadores alguna vez han sospechado.
El desarrollo del " nuevo sindicalismo" fue detenido totalmente por la Primera Guerra Mundial. Merrheim se opuso a la guerra,
pero Jouhaux, como la mayoría de los líderes laborales franceses, no lo estuvo. Fue sobrecogido por el frenesí de guerra que
barrió a la población, "por la decisión casi unánime de respaldar el esfuerzo de guerra ... era el resultado de que el trabajador
ordinario esperaba tal política"[28]
Los adversarios radicales de Jouhaux le señalaron por su conducta poco inspiradora. A principios de la guerra él había
sucumbido a la retórica chauvinista. Pero entonces estaba Kropotkin, Emile Pouget y el ultrarevolucionario Gustave Hervé.
Los líderes proguerra de la CGT lamentaron su colapso a consecuencia de la histeria de guerra. Se convirtieron en una fuerza
de moderación en la posguerra combatiendo contra las demandas de venganza de Clemenceau.[29]
El CISMA EN LA CGT
Con el Armisticio vinieron nuevos desafíos que finalmente causaron la ruptura dentro de la CGT. El primero de estos fue
el impacto de la revolución rusa. Muchos de la minoría opuesta a la guerra, con la excepción notable de Alphonse Merrheim,
loaron a los bolcheviques. Para una gran cantidad de militantes un bolchevismo idealizado reemplazó a la ideología anarcosindicalista
revolucionaria. Un debate agudo ocurrió entre facciones pro y antibolcheviques. Los horrores de la Revolución rusa, la intolerancia
hacia las organizaciones de otros trabajadores, la guerra violenta y cruenta y civil, y la preponderancia de intelectuales
en el liderazgo del Partido Comunista probaron a los antibolcheviques que tal revolución no era para Francia, o como Jouhaux
sucintamente comentó, "Otro país, otros métodos" .[30] Merrheim también desconfiaba y aconsejó que la economía debería ponerse
bajo el control delos trabajadores y no de una minoria.[31] Para Pierre Monatte, el líder de la facción "revolucionaria" probolchevique,
" ... una sola cuestión domina a todos -¡La Revolución rusa "[32] Merrheim replicó, "No compare a nuestro país con Rusia ...
mire nuestra situación es esta" .[33]
Jouhaux rechazó el concepto Leninista de revolución y declaró " ... usted lo que persigue es una revolución política. Lo
importante para la clase obrera es la revolución económica ... la Revolución no es un acto catastrófico, es una preparación
larga, la larga socavación de sociedad burguesa ".[34] Merrheim concluyó - una revolución real no es una revolución política
... una revolución auténtica es una revolución económica .[35] Él más tarde añadiría que una revolución real era" ... imposible
por la sola violencia porque es el medio social lo que debe ser transformado, la vida económica es la que debe ser garantizada.
Es en una palabra, poner las manos en el medios de producción "[36]
Los revolucionarios insistieron en la union de la CGT a la Tercera Internacional. Alfred Rosmer, Pierre Monatte y Raymond
Pericat fueron miembros del Comité pour l'adhesion a la 3 Internationale. Merrheim se opuso a esto, desde las condiciones
bolcheviques pues la adhesión, "las 21 condiciones violaban el espíritu fundamental del sindicalismo revolucionario", y reafirmó
el Acta de constitución de Amiens y permanancia antipolítica.[37]
Los revolucionarios acusaron a los "moderados" de revisionismo. ¿Cuán "ortodoxos" fueron estos superfanáticos? ¿Después
de enamorarse del bolchevismo, Rosmer y Monatte acordaron la necesidad de un partido de vanguardia.[38] El ejemplo ruso también
los enseñó que el estado no podría ser abolido y los trabajadores necesitaban una "dictadura provisional del proletariado
y la institución de nuestro" ejército rojo .[39] Si estas posiciones no eran una revisión completa del anarquismo, ¿Entonces
qué eran?
La ruptura dentro de la unión hizo que la mayoría desarraigara a la minoría revolucionaria. Los disidentes forjaron una
unión nueva con el nombre irónico de CGT (Unificada). Al principio, la CGTU tuvo a más miembros anarquistas que Leninistaas.
Actuando como un cuerpo disciplinado, fueron capaces de acallar a los anarquistas revolucionarios y atrajeron a la CGTU
para Moscú. Esta toma se convirtió en “el modelo stalinista - leninista de conquista de los sindicatos por el
partido" .[40]
LA NUEVA CGT "MODERADA"
Rechazando el bolchevismo, Merrheim y Jouhaux rechazaron todas las demás formas de catastrofismo. Se percataron de que
el capitalismo no estaba a punto de sufrir un colapso, y el futuro de la economía capitalista se encontraba en los Estados
Unidos con su producción en masa y consumismo creciente. Los desarrollos económicos y sociales en los Estados Unidos, "ejercitaron
una influencia profunda en ellos [41] y Jouhaux en 1919 descubrió la complejidad de la economía moderna"[42]
Qué prescientes parecen los " moderados “. Comparados con la minoría revolucionaria que creía que no existía ninguna
alternativa que " someterse a la opresión de la burguesía, no más liberalismo ... ningúna otra alternativa que... hacer la
revolución...La hora de revolución ha venido " .[43]
Las actitudes cambiaban dentro de la mayoría de la GGT. El viejo sindicalismo francés obrerista pasó. La nueva CGT dio
la bienvenida a empleados del gobierno, empleados de oficina y trabajadores de servicios, quiénes, ya en 1918, comenzaban
a ser numerosos. "Trabajador" en el movimiento de la preguerra quería decir trabajador manual, después de 1918, "el sindicalismo
ha ampliado la noción de productores" para reflejar la nueva realidad.[44]
Los "moderados" fueron también conscientes de que los trabajadores, tanto empleados de oficina como manuales, eran una
minoría en la sociedad y que otros grupos y clases como los profesionales, los campesinos y los comerciantes no desaparecerian.
La CGT sintió que estas clases medias necesitaban un liderazgo obrero. "Los trabajadores ahora piden defender el interés general
de sociedad contra de los " intereses privados "que tienen al estado a sus pies .[45] En oposición a su sectarismo previo,
la CGT abandonó la pretensión de ser el exclusivo representante de los trabajadores con la exclusión de otras organizaciones
o fuerzas sociales" .[46] De aquí que estuvieran ahora tan deseosos de trabajar con otras asociaciones sindicales y organizaciones
masivas.
Los derechos democráticos fueron afirmados. "así la democracia parlamentaria ya no es condenada como un fraude, sino al
contrario, es el sistema político que asegura a la" clase obrera "sus derechos" ¿ Era esto una perversión de los principios
anarquistas? ¿Pero esto no era parecido a la creencia de Fernand Pelloutier de que una república era un mejor sistema para
los trabajadores?
EL PROGRAMA MINIMO - ¿VENTA O ANARQUISMO PROUDHONISTA?
¿ En qué consistía el Programa Mínimo que producia rencores en 1918? La versión generalmente aceptada es esta; "El programa
mínimo que se publicó en diciembre de 1918 fue reformista en su naturaleza". El programa causó que la CGT fuera acusada de
"Gomperismo" y del abandono del anarco-sindicalismo.[48] Hay otra forma de verlo. Un historiador en 1931 y por consiguiente
mucho más cercano a los sucesos, tuvo otra concepción del Programa Mínimo; Para D. J. Saposs, la CGT de posguerra adoptó un
programa moderado Proudhonista de cooperativas consumidoras y de productores.[49] Un Proudhonista contemporáneo, Jean Bancal,
es de la opinión de que la herencia de Proudhon influyó tanto en revolucionarios como en moderados. "El sindicalismo reformista
y el sindicalismo revolucionario afirmaron la paternidad Proudhonista"[50] De ahí que sería equivocado acusar a la mayoría
de CGT de abandonar el libertarianismo si su Programa Mínimo apoyaba las cooperativas proudhonistas y no la propiedad estatal.
Para ayudar a responder la pregunta de si la CGT abandonó el anarquismo o si se hizo Gomperista, uno debe considerar la
declaración del Congreso de Lyon, 15 de septiembre de 1919, la cual introdujo el Programa Mínimo. "La idea de sindicalismo
estará consumada sólo por la transformación total de sociedad ... su cometido esencial es la desaparición de la clase empleadora
y del salario ... categóricamente y sin cualquier uso equívoco del lenguaje el sindicalismo declara en sus orígenes, el carácter
presente e ideal permanente, una fuerza revolucionaria ... no tenemos el deseo de magnificar el poder de el estado " .[51]
Jouhaux advirtió de la presencia de una minoria probolchevique en el Congreso "... una revolución deberá emprender la vasta
tarea de la construcción, para reemplazar lo peor por lo mejor, para crear una comunidad del bien común, para reconciliar
al máximo la libertad con el interés colectivo" .[52]
Tal razonamiento parte directamente de Proudhon, quien siempre hizo énfasis sobre el lado implícito de cambio social libertario.
Esta concepción de revolución influenció al pensamiento de la CGT bastante después del Congreso de Lyon. Como iba la unión
a escribir a mediados de los 30's, " la idea de la huelga general, la cuál nunca ha sido abandonada, no había sido tomada
como una solución. Supongamos que ganamos nuestra huelga general ... ¿Y entonces qué?...¿Con qué reemplazamos a las instituciones
que hemos destruido? Como la huelga impone por la necesidad una política constructiva, la cual no puede ser improvisada, mucho
menos puede contar con milagros de generación espontánea. Esta política constructiva es la base del Plan " .[53]
REFORMAS ESTRUCTURALES CONTRA PALIATIVOS
La CGT propuso reformas estructurales revolucionarias que no tuvieran nada en común con los programas mínimos del partido
socialista los cuáles eran reformistas y preparados para desarrollarse dentro del capitalismo.[54] Este que las reformas estructurales
crearán " las condiciones objetivas para la creación de una sociedad nueva...Y es sólo efectivo a medida que venzan la dirección
de capitalismo decadente " .[55]
Jouhaux reforzó esta concepción de reformas revolucionarias declarando que, " Las nuevas técnicas del sindicalismo apuntan
hacia un desarrollo... de una organización dentro del capitalismo que preparará la organización y estructuras
para cuándo el poder económico pase al proletariado. Por lo tanto hay que organizarse para destruir mejor " .[56]
Otra vista del Programa Mínimo concuerda con los cargos de reformismo. Esta concepción ve a la CGT adoptando un programa
de nacionalización de la industria. " Después del fin de la guerra otra visión más realista del futuro apareció en las bases
de la CGT. Su componente de principio fue la nacionalización, favorecida hasta entonces sólo por socialistas y ciertos radicales
" .[57]
Esto crea confusión, porque la mayoría de la gente asocia nacionalización con propiedad estatal. Así, parecía que la CGT
"moderada" rechazaba completamente el anarcosindicalismo por la socialdemocracia. Pero éste no era realmente el caso. Antes
de 1914 Jouhaux pensaba que la nacionalización era sinónimo de estatismo.[58] Sin Embargo, se dió cuenta de que la economía
moderna se basaba en las grandes empresas, comenzó a cuestionar el viejo concepto proudhonista de "la mina para los mineros".
Algunos aspectos de la economía tenían que poseerse y controlarse colectivamente, tener, por ejemplo, los trabajadores eléctricos
posesión de una plante de energía les pondria en una situación de monopolio parecida a una corporación capitalista. La CGT
iba a escribir de estas materias en 1937, "La idea de transformación social es inseparable de sindicalismo ... Pero hay que
Admitir que la" auto-emancipación de "Fórmulas"del proletariado, desaparición del capitalista y del trabajador ", y esas posiciones
del Acta de constitución de Amiens no venían acompañadas por cualquier programa real para reorganizar la sociedad. Uno puede
encontrar rudimentos en la concepción del papel de la Bourse de Travail, tan sobreentendido por Pelloutier. Uno también puede
notar la " concepción "obrerista, una actualización de Proudhon. "la mina para los mineros” discierne aun del pensamiento
relatado de una sociedad constituida por agrupamientos autónomos, algunos profesionales, algunos locales, que se saben opuestos
a las concepciones del socialismo llamado autoritario o científico, pero no hubo programa o plan"[59]
La CGT también quiso evitar un estrecho corporatismo o una actitud gremial, o como Jouhaux preguntó a los delegados reunidos
en el Congreso de Lyon, " ¿creen ustedes que podemos transformar la sociedad con actitudes corporativas? O más bien que debiésemos
tener una concepción del interés general arraigado en una dirección asociada por los productores y los consumidores, reemplazando
el estado por el "taller social y la dirección de gente por la administración de cosas" .[60]
UN PROGRAMA NEO - PROUDHONISTA
Adaptando el anarquismo proudhonista al mundo moderno industrial, revelaron una forma del poco partidaria del estatismo
de propiedad colectiva. El Programa Mínimo demandaba "el regreso a la nación del patrimonio nacional y manifestaba que la
concepción proudhonista de" libre competencia "estaba otra vez permitida". La actividad económica iba a volver a los productores
y consumidores [61] en una economía mixta de compañías socializadas, cooperativas tradicionales, industrias privadas y municipales.
La socialización de la industria iba a incluir sólo una porción de la economía, esencialmente esos sectores que estaban en
posesión del estado, como el ferrocarril, minas de carbón y la energía eléctrica. Todas las compañías socializadas iban a
ser autónomas y controladas por representantes de los trabajadores y consumidores.[62]
La CGT fue inflexible para que tal colectivismo no tuviera nada que ver con el estatismo. Conociendo bien el carácter del
poder declararon, " no soñamos con sumarnos a los atributos del estado ni recurrimos a un sistema que propone industrias esenciales
para los funcionarios con toda la irresponsabilidad e institucionalismo defectuoso. Como consecuencia la CGT recibió el mandato
para establecer con las organizaciones de técnicos, coaliciones de empresas y el movimiento cooperativo, un Consejo Económico
del Trabajo " .[63]
Para implementar las ideas del Programa Mínimo fue organizado el Conseil Economique du Travail (CET) por la CGT en el Congreso
Lyon de 1919. Esto aunó a la CGT, la Federación Cooperativa Nacional, y las uniones públicas y técnicas de trabajadores.[64]
El cometido del CET era estudiar los problemas presentados en el Programa Minimo.[65] Un delegado de la Federación Cooperativa
propuso que se adoptaran las siguientes posiciones como política del CET:
- Que la economía como todo conste de una economía mixta, no excluyendo la iniciativa individual cooperativa, tradicional,
o propiedad municipal.
- Que las empresas nacionales sean co-operativas autónomas con consejos de administración de 18 delegados elegidos representando:
- Los productores - los trabajadores, manuales, no manuales, técnicos y administrativos, - seis miembros.
- Los consumidores - las organizaciones de consumidorrs, el movimiento cooperativo y consumidores industriales, seis miembros.
- La colectividad - dos representantes del gobierno de concentración, dos representantes regionales y dos representantes
de la comuna.
- Que la sindicación de empresas nacionales sea obligatoria y todo sujeto al control de los trabajadores.
- Que las ganancias sean compartidas, 1/3 para la amortizar la deuda, 1/3 para mejorar las condiciones de vida del trabajador,
1/3 para fundos de reserva.[66] La CGT debió redactar un número de planes económicos diferentes en los siguientes años, todos
fueron variaciones del original desarrollada por el CET.
Con una excepción, la inclusión del estado como un aspecto de la colectividad, las propuestas de CET podrían verse
como ideales anarquistas. Se asimilaban a los conceptos económicos de Proudhon que nunca fueron tan monolíticos como otras
formas de socialismo. El "padre del anarquismo" concibió una economía mixta involucrando las relaciones de trabajadores con
la propiedad de producción a gran escala y del individuo o de la familia con la pequeña industria.[67]
Las regiones y las municipalidades siempre han jugado a un papel importante en la concepción anarquista de la sociedad
futura, pero la propuesta del CET le dejaba al gobierno nacional un papel en la economía, si bien una muy pequño. Si uno quiere
acusar, entonces la CGT de revisionismo, este es el lugar. Su respuesta a tales acusaciones podia haber sido que solo tenían
dos votos de dieciocho. Estas políticas fueron el resultado de un compromiso entre grupos diferentes.
Mientras las asociaciones sindicales y las cooperativas estaban interesadas en el CET, los patrones y el gobierno no. Como
las organizaciones de los trabajadores estaban divididas y no eran lo suficientemente fuertes para imponer estas reformas
estructurales en la sociedad, el Programa Mínimo permaneció como un ideal. Pero a pesar de esta debilidad, la CGT siguió promocionando
los cometidos de su programa.
La influencia del anarquismo proudhoniano se hizo más pronunciada en los años posteriores al cisma. En 1924 la unión había
desarrollado un "culto" auténtico "de Proudhon"[68] " El pensamiento de la CGT ... abrazaba el pensamiento de Proudhon. Resolvió
lograr tres objetivos: La mejora inmediata de las condiciones de trabajo en Francia, la educación de la clase obrera, y el
desarrollo de planes ... basados en la socialización de actividad económica y la administración de tal actividad por los trabajadores
" .[69]
Ese mismo año, la CGT escribió un nuevo Programa Mínimo que incluyó la socialización de todos los monopolios, la introducción
de control por los trabajadores, la institución del CET y la internacionalización de la economía. El gobierno Socialista Radical
creó un Concejo Económico Nacional e invitó a los sindicalistas a unirse a él. Lo hicieron, pero criticaron el Consejo diciendo
que "necesitaba ser descentralizado, y tener un punto de vista internacionalista". Hubo también la petición de que la organización
científica de trabajo (el Taylorismo) que el Concejo favorecía, fuera controlada por delegados de los trabajadores.[70]
El mismo año que la CGT comenzó un plan de seguro social. "Se emprendió una campaña enorme por todo el pais" que vio la
creación de un Caisse de Travail funcionando en conjunción con las uniones y la Federación Cooperativa. Este cuerpo fue una
sociedad de apoyo mutuo bajo la dirección de miembros de unión. Sin embargo, la mayoría de los trabajadores no se unieron
al Caisse, y la CGT formó una nueva organización y altamente exitosa y llamada los Federación Mutual de Trabajadores Nacionales
que aun existe hoy. Volviendo a la Bourse de Travail de Pelloutier, la CGT también creó bibliotecas, archivos obreros y de
educación de adultos. Eventualmente casi 100 Universidades del Trabajador estaban en operación, administradas por una comisión
de delegados de unión, maestros y representantes de los estudiantes.
En 1934 otra vez revisaron el Programa Mínimo y sus propuestas estaban hechas claramente para distinguir entre las reformas
que perfeccionaban las condiciones y las de naturaleza estructural que apuntaban a una transformación general de la sociedad.
El plan de 1934 también trató de subir el poder adquisitivo de los trabajadores para aguantar la Depresión. Sugirieron combatir
el desempleo a través de una reducción de la semana laboral. Hubo también demandas para la nacionalización del poder bancario,
materias primas (como la minería) y transporte. Al igual que tiempo atrás el programa de las nacionalizaciones no quería el
estatismo, sino el sistema administrativo pensado "conforme al CET de 1919" .[71]
Escribiendo en 1937, la CGT analizó el reciente desarrollo del capitalismo y llegó a conclusiones parecidas a las del pasado;
" La decadencia del capitalismo es compleja y no verifica completamente las doctrinas de no hace mucho tiempo que creian que
la concentración de la industria y banca, engendraría una situación haciendo posible y necesaria una sociedad nueva ... Ciertamente
la concentración capitalista ha coronado proporciones gigantescas, pero al lado de estos colosos, se mantienen industrias
más pequeñas, que están lejos de desaparecer, las clases medias son fuertes y políticamente activas, y la clase obrera todavía
no constituye la mayoría de la nación ... Menos que lo que las reclamaciones de socialización inmediata y total, ni su realización
en uno solo plan, es más necesaria conquistar lugares de resistencia ... para organizar la penetración de una economía decadente
por elementos básicos de una economía nueva " .[72]
LOS STALINISTAS ASUMEN EL CONTROL
El acontecimiento principal de la CGT de mediados de los 30 fue la unificación con la CGTU Comunista en 1936. En el congreso
de unificación los stalinistas intentaron imponer el centralismo en la unión como una manera de imponer su voluntad a esta.
Pero la mayor parte de delegados votaron a favor del federalismo tradicional. A pesar de los Comunistas, la nueva CGT permaneció
opuesta a la empresa sindicada y las cuotas obligatorias registran la salida como "contrarias a las tradiciones [sindicalistas]
" y los delegados respaldaron el control de trabajadores de industria.[73]
Una CGT sindicalista unificada no iba a durar mucho. Las huelgas de 1936-7 proveyeron una oportunidad que los stalinistas
para tomar el poder. Usando cuadros de dirigentes adecuadamente organizados y disciplinados del partido, fueron capaces de
lograr posiciones de liderazgo en las nuevas uniones creadas por los huelguistas. En 1938 los libertarios, tanto "moderados"
como "revolucionarios", fueron excedidos en número por los Comunistas. La fuerza comunista se hizo sentir pronto y los sindicalistas
fueron marginados y las uniones tomadas por hombres leales a Moscú.
Los sindicalistas contraatacaron. El subdirector de la CGT, Rene Belin, organizó un grupo alrededor del Sindicatos retrospectivo,
"para defender una concepción sindicalista pura del papel de la CGT’ .[74] Eran pacifistas y fuertemente anticomunistas,
y recibieron ligeramente menos de la mitad de los votos en el congreso CGT de 1938, como tendencia “Independencia de
Sindicalismo".[75] El sindicalismo era todavía fuerte dentro de la CGT, pero no lo suficientemente fuerte para resistir la
toma comunista. Para el final de la 2ªGM los comunistas dominaban de la unión completamente y la CGT se convirtió en el diente
de engranaje más importante en la máquina estalinista francesa.
La historia de la CGT hasta el tiempo de su toma por los Comunistas representa un proceso evolucionista dentro del anarquismo
y el sindicalismo. Hemos visto cómo fue en sí mismo el sindicalismo una respuesta para la crisis del anarquismo en los 1890's.
También hemos visto cómo entró en conflicto un anarcosindicalismo ingenuo e idealista con la dura realidad. "El reformismo"
de la CGT representa un intento de adaptarse a las condiciones de la economía del siglo veinte, para desarrollar un anarcosindicalismo
para los 1920 y de 30 en vez de permanecer eternamente en los 1890 o saltar al partido triunfador bolchevique. Ellos no tuvieron
éxito en su empeño, y desde una perspectiva estrictamente anarquista hubo desperfectos, pero la mayoría de la CGT trató de
desarrollar un programa transicional, el cuál de hacerse, habría cambiado completamente la naturaleza de la sociedad francesa.
Francia (y los demás paises de mundo) cambia - con rumbo al capitalismo de Estado y la burocracia. Poner los planes "reformistas"
en perspectiva, consideremos qué tan diferente sería la sociedad si el 40-50% de la economía actualmente controlada
por el estado quedara en las manos de los trabajadores y sociedades de cooperativas puestas a funcionar por los consumidores
y de apoyo mutuo.
Hoy, estamos lo bastante lejos ya del cisma del sindicalismo francés para examinar la disputa objetivamente. En gran parte
los "moderados" permanecieron fieles al sindicalismo libertario. Este sindicalismo no se basó en Bakunin, Blanqui o Marx como
variedades revolucionarias, sino que se fundó en los conceptos del "padre del anarquismo", Pierre Joseph Proudhon.
La última palabra debería ser del portavoz principal del sindicalismo proudhonista, Leon Jouhaux, [76] que, mientras estuvo
internado por los nazis, escribía:
Es en el viejo Proudhon donde he encontrado la mejor de las comodidades. He quedado impregnado de los pensamientos
simples y claros que corresponden a los mios propios ... ¡Cuántos de sus pensamientos se aplican a la realidad!. Por ejemplo,
"Nadie se atreve a negar que la revolución tiene como objeto la emancipación de las masas y la preponderancia del trabajo
sobre la propiedad". [77]
BIBLIOGRAFÍA
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Anarcho-syndicalist unpublished thesis, McGill. Montreal CGT, La CGT ce qu'elle est ce qu'elle veut, Gallimard, Paris,
1937 Ehrmann, H.W. French Labour From Popular Front To Liberation, Oxford, NY 1947 Feely, Francis, The French Anarchist
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Universitaires, Paris, 1962. Godfrey, Drexel, E. The Fate of the Non-Communist Left Doubleday, NY, 1955 Guerin,
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NOTAS
1. Murray Bookchin, Los Anarquistas españoles, Harpente Colophon, Nueva York, 1977, p.137 2. Daniel Guerin, Anarchism,
Monthly Repasen, Nueva York, 1970, p.91 3. Sima Lieberman, Movements Laboral y Mano de obra Pensaron, Praeger, Nueva York,
1986, p.208 4. Nicholas Papayanis, Alphonse Merrheim: El Surgimiento de Reformismo en el Sindicalismo Revolucionario,
Martinus Nijoft, Dordrecht, 1985, p.141 5. Val Lorwin, El Movimiento Laboral francés, Harvard, Cambridge, 1979, p.45 6.
" ... cuando las asociaciones sindicales se legalizaron completamente en 1884 fue por los trabajadores proudhonistas por lo
que los pacíficos sindicatos gremiales se hicieron revolucionarios...La victoria de la tradición Proudhonista se abalanzó
sobre el Congreso de Amiens de 1906, cuándo un acta de constitución fue adoptada separando a las asociaciones sindicales del
movimiento político...Antes de la Segunda Guerra Mundial, el sindicalismo francés había recurrido a la política y se estaba
volviendo la presa de partidos y sectas, pero si uno se pregunta en qué difiere el sindicalismo de Francia respecto del sindicalismo
en otros países europeos West, entonces la respuesta debe estar en la influencia de ideas de Proudhon " J. Socialismo Hamden
Jackson, Marx, Proudhon y European, la Prensa de Universidades inglesa, Londres, 1957 7. Jeremy Jennings, Sindicalismo
en Francia, St Martins, Nueva York, 1990., p.15 8. ibid, p.16 9. ibid, p.14 10. ibid, p.30 11. Bernard Georges,
Denise Tintant, Leon Jouhaux, Vol 1, Presse Universitares de France, París, 1962, p.11 12. Lieberman, op cit, p.206 13.
Peter Stearns, Trabajadores y Protesta, Pavo real, Itasca N.Y., p.132 14. Lieberman, op cit, p.204 15. Papayanis,
op cit, p.8 16. Lorwin, op cit, p.48 17. Stearns, op cit, pps. 126, 197 18. Papayanis, op cit, p.20 19. ibid,
p.37 20. Lorwin, op cit, p.45 21. Jennings, op cit, p.156 22. ibid, p.157 23. ibid, p.144 24. Papayanis,
op cit, p.42 25. Jennings op cit, p.30 26. Papayanis, op cit, p.45 27. Stearns, op cit, p.133 28. ibid, p.122
29. D.J. Saposs, El Movimiento Laboral en Francia de Posguerra, Columbia University Press, Nueva York, 1931, p.25 30.
Jorge, Tintant, op cit, p.313 31. Papayanis, op cit, p.118 32. Jorge, Tintant, op cit, p.313 33. ibid, p.314 34.
ibid, p.314 35. Papayanis, op cit, p.117 36. Alphonse Merrheim, La Revolution Economique, París, 1919, p.18 37.
ibid, p.139 38. Jennings, op cit, p.175 39. ibid, p.176. Para honrar a Monatte, su flirteo con el Leninismo fue breve.
Él fue expulsado del Partido Comunista en 1924 como sindicalista no renovado espiritualmente. Él entonces volvió al movimiento
sindicalista donde se quedó hasta su muerte. Los demás de la facción revolucionaria no tuvieron tantos principios. Raymond
Pericat se quedó en el CP. George Yvtot terminó siendo un Vichyite. 40. ibid, p.57 41. Georges Lafranc, Le Mouvement
Syndical sous la Troséme Republique, Payot, París, 1976, p.305 42. Jorge, Tintant, op cit, p.442 43. ibid, p.313 44.
Lafranc, op cit, p.229 45. Jorge, Tintant, op cit, p.331 46. ibid, p.331 47. ibid, p.323 48. Lieberman, op
cit, p.208 49. Saposs, op cit, p.44 50. Juana Bancal, Proudhon: Oeuvres Choicies, Gallimard, París, 1967, p.27 51.
Lafranc, op cit, p. 227-8 52. Jorge, Tintant, op cit, p.372 53. CGT, La CGT ce qu'elle est ce que'elle veut, Gallimard,
París, 1937, p.109 54. ibid, p.182 55. ibid, p.183 56. Jorge, Tintant, op cit, p.332 57. Lowell Noonan, Francia:
La Política de Continuidad y el Cambio, Holt Reinhart, Nueva York, 1970 p.306 58. Lafranc, op cit, p.217 59. CGT,
op cit, p98-99 60. Jorge, Tintant, op cit, p.330 61. ibid, p.102 62. ibid, p.105 63. ibid, p.104 64. Lafranc,
op cit, p.229 65. CGT op cit, p.105 66. Lafranc, op cit, p.230 67. P.J. Proudhon, La Idea General de Revolución
en el Siglo 19, Freedom Press, Londres, 1927. 68. Saposs, op cit, p.75 69. Lieberman, op cit, p.211 70. Lafranc,
op cit, p.286 71. ibid, p.310-312 72. CGT, op cit, p.176 73. H.W. Ehrmann, French Labor From Popular Front to
Liberation, Oxford, N.Y., 1947, p.55 74. Robert Paxton, Vichy France, Barrie y Jenkins, Londres, 1970, p.275 75 . ibid,
p.277. La toma stalinista también tuvo el efecto del desgraciado de meter a Belin a y algunos otros sindicalistas en las bases
de Vichy. 75. "Jouhaux siguió leal, como en 1909 que era el portavoz de sindicalismo libertario a la herencia de
Proudhon" George, Tintant, op cit, p.443 "Leon Jouhaux fue siempre reconocido como partidario de las viejas ideas Proudhonistas"
Jean Bancal, op cit. p.37 77. Jorge, Tintant, op cit, p.4
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