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Historia de la CNT

 
C.N.T
Confederación Nacional del Trabajo.
 
 
La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), es una organización anarcosindicalista española, fundada en Barcelona, en 1910.
Etapa fundacional y de consolidación interna
Esta formación nació con el objetivo de constituir una fuerza relevante opositora al sindicato mayoritario, la Unión General de Trabajadores (UGT). Su fundamento inicial lo halló en el anarcosindicalismo catalán de Solidaridad Obrera. En el I Congreso de la CNT (1911, año en el que el sindicato recibió oficialmente su nombre) ya se convocó una huelga general, motivo por el cual el sindicato fue ilegalizado hasta 1914. Desde 1916, la Confederación cambió su estrategia de actuación respecto a UGT. Entabló relaciones con este sindicato y ambos llegaron al acuerdo de convocar conjuntamente la huelga general de 1917. Los vínculos entre ambas organizaciones se estrecharon y, en el II Congreso de la CNT (1919), se formuló la posibilidad de unificar los dos sindicatos para propiciar la cohesión del proletariado. En dicho congreso se aprobó la vinculación provisional de la CNT a la III Internacional pero, tras la visita del dirigente Ángel Pestaña a la Unión Soviética, éste desaconsejó la incorporación, y en 1922 la CNT se apartó definitivamente de esta organización.
El fortalecimiento significativo del sindicato anarquista se produjo a partir de 1918, momento en que la crisis de la industria catalana impulsó a miles de obreros a afiliarse a la organización. Con el fin de contrarrestar la fuerza adquirida por la masa obrera organizada, surgió el pistolerismo, financiado por los patronos, que sembró la violencia ciudadana y logró desestabilizar el sindicato. En 1923, tras la implantación de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, la CNT entró en la clandestinidad, desestructurada y dividida internamente a causa de la presión ejercida por el ala radical de la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Su actividad en este periodo estuvo marcada por la participación en varias confabulaciones dirigidas a terminar con el régimen.
El periodo de madurez: la II República
Con la llegada de la II República, el número de afiliados a la Confederación se incrementó espectacularmente, llegando a contabilizarse hasta 1.200.000 militantes. En 1931 tuvo lugar el Congreso Extraordinario de Madrid, en el que se organizaron las Federaciones nacionales de industria, se planteó la puesta en práctica de una reforma agraria que expropiara los latifundios y concediera su usufructo a los campesinos, y se debatió la aceptación o no de las Cortes republicanas. Los partidarios de su reconocimiento alegaron que éstas eran fruto de la acción revolucionaria del pueblo mientras que los contrarios a su aprobación calificaron esta postura de colaboracionista y no apolítica. Finalmente, se impusieron los primeros, pero el alto grado de enfrentamiento alcanzado permitió constatar la crisis interna del sindicato. Ese mismo año se publicó un manifiesto firmado por treinta líderes de la Confederación (Pestaña, López, Joan Peiró, José Moix, Clará, entre otros), en el que defendían la idea de que la revolución debía ser obra de "un movimiento arrollador del pueblo en masa, de la clase trabajadora". La reacción contra este sector por parte de la FAI y de los dirigentes más radicales (Federica Montseny, Aláiz, Buenaventura Durruti, Joan García Oliver entre otros) fue tan violenta que excluyeron a los firmantes de la dirección de la CNT.
Al mismo tiempo, la división interna de la Confederación se hizo patente por la descoordinación de las acciones cenetistas en las distintas regiones. En Andalucía se llevó a cabo la revolución social inmediata, cuya represión fue tan fuerte (Casas Viejas) que la CNT preconizó la abstención en las elecciones de 1933. En Asturias, los cenetistas firmaron el pacto de Alianza Obrera con UGT y protagonizaron la Revolución de Octubre (1934). Como consecuencia de las duras represalias que el gobierno de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) puso en práctica contra los obreros sublevados, se formó la coalición del Frente Popular y la CNT no aconsejó, en esta ocasión, la abstención de sus afiliados, favoreciendo con ello en 1936 el triunfo electoral de la izquierda.
Durante la Guerra Civil y el franquismo
Al comenzar la Guerra Civil en 1936, la CNT, en contra de sus ideas apolíticas y antiestatistas, participó en el gobierno republicano y en el de la Generalitat (órgano de gobierno autónomo de Cataluña). Los milicianos cenetistas consiguieron hacer frente a los sublevados en Cataluña y en Aragón. En las zonas que controlaron, pusieron en marcha la revolución social y realizaron colectivizaciones.
La derrota republicana en el conflicto significó la muerte o el exilio para la mayoría de los militantes, aunque la CNT continuó participando en la lucha contra el general y dictador Francisco Franco, desde el movimiento obrero y desde la guerrilla, hasta 1948. A partir de este momento, surgieron posturas divergentes en el seno de la Confederación que debilitaron la organización hasta hacerla perder toda su influencia entre la población. Su revitalización (1961) y posterior consolidación, a lo largo de las décadas de 1960 y de 1970, fue posible gracias a la penetración y pervivencia de las ideas anarcosindicalistas en las organizaciones obreras católicas antifranquistas, como las Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) o las Juventud Obrera Católica (JOC).
Reorganización y legalización del sindicato en la "democracia"
Tras la muerte de Franco (1975), en los años de transición hacia la democracia, resurgió la CNT como central sindical. Legalizada, junto al resto de los sindicatos, en 1977, postuló el comunismo libertario y el sindicalismo revolucionario, manifestando su clara oposición a la dictadura franquista pero sin situarse de forma nítida al lado de las organizaciones defensoras de la democracia. En la actualidad, esta organización existe formalmente, con un reducido número de afiliados, pero ha perdido su capacidad de incidencia en la vida socio-política española, además de sufrir una profunda escisión interna que la ha dividido en dos sindicatos distintos: CNT-AIT y Confederación General del Trabajo (CGT).

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